martes, 5 de junio de 2018

LA AUTODESTRUCCIÓN SEGÚN ABEL FERRARA (EL FUNERAL [1996] Y THE BLACKOUT [1997])


Como bien demuestran sus documentales Chelsea on the Rocks (2008), Napoli, Napoli, Napoli (2009), Mulberry St. (2010), Searching for Padre Pio (2015) y Piazza Vittorio (2017) –no incluyo su reciente Alive in France (2017), que no he podido ver, porque sus imágenes recogen actuaciones del cineasta con su grupo–, a Abel Ferrara siempre le han interesado los personajes marginales, especiales o singulares.

 El cineasta Abel Ferrara

Si Napoli, Napoli, Napoli y Piazza Vittorio retratan, respectivamente, las vidas de aquellos ciudadanos de Nápoles que sobreviven, principalmente, gracias al trapicheo de drogas en las calles, y las de los inmigrantes o comerciantes que han convertido a una plaza de Roma cercana al Coliseo, así como a sus calles adyacentes, en una compleja zona multiétnica –un lugar en el que, por cierto, el actor Willem Dafoe, además de haber redescubierto el anonimato, asegura vivir con más humildad que en Estados Unidos–, en Chelsea on the Rocks el realizador centra su atención en los inquilinos –pasados y actuales– del hotel Chelsea, un famoso edificio por el cual han pasado numerosos artistas, músicos y escritores que convirtieron el lugar en un centro cultural y artístico del mundo bohemio de Nueva York –no escatimando información sobre aquellos que se suicidaron o que afrontaron episodios de ansiedad o de locura–, y en Mulberry St. se dedica a reflejar la vida de sus amigos, conocidos o vecinos de la calle Mulberry, que es considerada una de las principales arterías de Manhattan porque comunica el viejo centro de Little Italy con el Barrio Chino. En ella se celebran, en el mes de septiembre, las fiestas de San Genaro, un evento que el italoamericano Martin Scorsese retrató en su primera obra de importancia, Malas calles (Mean Streets, 1973).


Con la excepción de Mulberry St., tanto sus documentales italianos, que a su particular manera suponen una conexión directa con el imaginario más reconocible de su querido Pasolini –y aquí habría que incluir a Searching for Padre Pio, investigación sobre Pío de Pietrelcina, un fraile y sacerdote famoso por sus estigmas y milagros–, como Chelsea on the Rocks indagan en aquellos aspectos del ser humano que desafían o directamente cuestionan el sentido más tradicional (o convencional) de lo que se entiende por moral.


Un asunto que, eso sí, Ferrara ha acertado a retratar con mayor sentido creativo en ficciones como Teniente corrupto (Bad Lieutenant, 1992), The Addiction (1995), El funeral (The Funeral, 1996) o Blackout (Oculto en la memoria) (The Blackout, 1997), películas estas dos últimas, la primera más seca y directa y la segunda más estilizada y ambigua, que devienen igualmente atormentadas y a las que he dedicado un artículo que la revista digital de cine Transit: cine y otros desvíos acaba de publicar.


Aprovecho  la ocasión para anunciar que en el próximo fanzine especial editado por Klowns Asesinos, que debería aparecer en septiembre y estará dedicado a las películas de temática apocalíptica, se incluirá una extensa entrevista con Ferrara, organizada por David Solé y conducida por Gonzalo López,  a la que tuve el placer de asistir y que nos fue amablemente concedida por el cineasta, el pasado sábado 2 de junio, a través de Skype. 


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