martes, 13 de marzo de 2012

LA INVENCIÓN DE HUGO (HUGO, 2011, MARTIN SCORSESE)

Título Original: Hugo
Año: 2011
Nacionalidad: EE.UU.
Duración: 126 min
Director: Martin Scorsese
Guión: John Logan, adaptando el libro de Brian Selznick
Actores: Asa Butterfield, Chloë Grace Moretz, Ben Kingsley, Sacha Baron Cohen, Jude Law, Ray Winstone, Emily Mortimer, Christopher Lee

Sinopsis: París, años 30. El pequeño Hugo Cabret deviene huérfano tras la inesperada muerte de su padre en un incendio. Acogido por su borracho tío Claude, Hugo empieza a vivir y trabajar en la Estación Central de trenes de París. El cometido del pequeño consiste en ejercer el mantenimiento del mecanismo del gran reloj de la estación, pero Hugo tiene otra preocupación constantemente en mente: conseguir las piezas que le permitan poner en marcha un averiado autómata, único objeto que ha heredado de su progenitor y el cual, de ser puesto nuevamente en marcha, quizá le transmita un último mensaje de aquel. Con tal finalidad, Hugo roba siempre que puede artilugios mecánicos de la tienda de juguetes del Sr. Georges, pero en su último hurto el pequeño es atrapado con las manos en la masa por este. El acontecimiento provocará que el Sr. Georges, como represalia, se adueñe de una misteriosa libreta que Hugo necesita para reparar el autómata. La ahijada del Sr. Georges, Isabelle, intentará ayudar a Hugo a recuperar el preciado objeto, pero lo que ambos desconocen es que el contenido de la libreta ha supuesto la primera toma de contacto, de consecuencias imprevisibles, del padrino de la chica con un pasado personal y mágico que este creía completamente olvidado.


Martin Scorsese en un momento del rodaje de La invención de Hugo

Los trucajes ópticos propios del cine de Méliès son retratados con cariño por Scorsese

Scorsese realiza un simpático cameo en su film

La triste historia de un entrañable personaje 
En pleno apogeo del cine digital y las 3-D, Scorsese sorprende a propios y extraños al aprovechar el poderoso presupuesto de una "película infantil" para dedicar un cálido, sincero y emotivo homenaje a los orígenes del séptimo arte y a los grandes pioneros del considerado "cine primitivo", es decir, aquel que todavía no articulaba de forma especialmente sofisticada el lenguaje cinematográfico y que habitualmente se limitaba a capturar la acción de los diferentes relatos mediante planos generales y situando la cámara en posiciones que trasladaban al espectador de los mismos a una posición similar a la que este ocuparía en el patio de butacas de un teatro.
Una de las figuras esenciales de este período del cine fue y continúa siendo el gran Georges Méliès, uno de los primeros en intuir y sacar partido a la concepción mágica y espectacular que podían tener, mediante los trucajes y la manipulación del negativo, las imágenes capturadas por una cámara de cine. También un cineasta que se vio tristemente desplazado de su profesión por varias razones: los gustos del público cambiaban, y la contundente -y muy real- irrupción de la Primera Guerra Mundial en la vida de gran parte de los espectadores de cine mantuvo a estos alejados durante un tiempo de la ficción más naïf  e inocente, carente de excesivas pretensiones dramáticas, practicada tanto por Méliès como por otros realizadores de la época. El fundamental cineasta es el auténtico protagonista de La invención de Hugo, o, por lo menos, el personaje del film que realmente interesa a Scorsese, por razones, creo yo, más que obvias.
Pese a que uno ha leído ya varias críticas al film que lo consideran frío y carente de emoción, lo cierto es que resulta difícil encontrar en los últimos años un homenaje tan apasionado como resulta este al oficio de cineasta, por un lado, y a la necesaria inocencia de la mirada y carencia de prejuicios del más devoto espectador de cine, por otro. Quizás La invención de Hugo sólo pueda ser comparada, en cierto modo, a Ed Wood (1994), una de las obras más notables de Tim Burton, y film que lograba transmitir como pocos lo habían hecho antes la auténtica pasión por el cine como medio artístico para expresar ideas, la peculiar y excéntrica idiosincrasia característica de un rodaje de cine, o el maravilloso placer que en ocasiones puede uno sentir como mero espectador de un film. Scorsese vuelve a reflejar cada uno de los puntos antes mencionados con una mezcla de sencillez narrativa, veracidad emocional y absoluta devoción por su profesión que demuestran que, pese a que algunos no valoren con justicia su cine más allá de obras como Taxi Driver o Uno de los nuestros, los logros artísticos del cineasta en los últimos quince años son consecuencia directa de ese mismo amor por el medio: la interesante y experimental Al límite (Bringing Out the Dead, 1999), o las notables Kundun (1997), Infiltrados (The Departed, 2006) o Shutter Island (2010), así lo demuestran, siendo todos estos films obras personales que continúan indagando en los temas más queridos por el realizador, esto es: la percepción subjetiva que el individuo tiene de la realidad, la percepción (¿objetiva?, ¿o igual de subjetiva?) que los demás tienen de este mismo individuo, la alienación del ser humano en la sociedad contemporánea, etc.
Los resultados artísticos que arroja La invención de Hugo demuestran que Scorsese continúa en plena forma, sea cual sea el proyecto en el que decida implicarse. A continuación, el enlace que conduce a mi crítica del film: