jueves, 31 de julio de 2014

LOS VIOLENTOS AÑOS VEINTE (THE ROARING TWENTIES, 1939, RAOUL WALSH)


Título Original: The Roaring Twenties
Año: 1939
Nacionalidad: EE.UU.
Duración: 106 min
Director: Raoul Walsh
Guión: Jerry Wald, Richard Macaulay y Robert Rossen, según una historia original de Mark Hellinger
Actores: James Cagney, Priscilla Lane, Humphrey Bogart, Gladys George, Jeffrey Lynn, Frank McHugh







En el año 1939 se rodaron un buen número de magníficas películas: Caballero sin espada (Mr. Smith Goes to Washington), de Frank Capra, Gunga Din (ídem), de George Stevens, La jungla en armas (The Real Glory), de Henry Hathaway,  Tierra de audaces (Jesse James), de Henry King, Sólo los ángeles tienen alas (Only Angels Have Wings), de Howard Hawks, La regla del juego (La règle du jeu), de Jean Renoir, La diligencia (Stagecoach) y El joven Lincoln (Young Mr. Lincoln), ambas de John Ford, Historia del último crisantemo (Zangiku Monogatari), de Kenji Mizoguchi, la primera versión de Tú y yo (Love Affair), de Leo MccCarey, Suprema decisión (Sans Lendemain), de Max Ophüls, Medianoche (Midnight), de Mitchell Leisen, o The Whole Family Works (Hataraku Ikka) y Sinceridad (Magokoro), de Mikio Naruse. Todas ellas magníficos exponentes de sus respectivos géneros, desde el cine de aventuras al drama humanista, pasando por el western, el melodrama o el biopic histórico.  A estas cabría añadir, sin duda alguna, Los violentos años veinte, una de las películas fundamentales del cine negro, género que experimentó su verdadera época dorada desde principios de los años treinta hasta bien entrada la década de los sesenta, para transfigurarse casi por completo durante los años setenta en algo más parecido al thriller urbano o al relato policial, con las notables excepciones que han supuesto, de forma puntual, revisiones tales (o puestas al día) de sus códigos narrativos como la magistral Uno de los nuestros (Goodfellas, 1990, Martin Scorsese) o la notable serie de televisión Los Soprano (The Sopranos, 1999-2007, David Chase).  

 El cineasta Raoul Walsh



En cualquier caso, siempre es buen momento para revisar cualquiera de los títulos mencionados, y en lo que respecta al film de Walsh conviene decir que esto sería así aunque solo fuera por la magistral clase de puesta en escena y de nervio narrativo que supone su visionado: Walsh demuestra, secuencia a secuencia, y plano a plano, un talento innato para insuflar continúo dinamismo al relato que tiene entre manos a través de un auténtico despliegue de movimientos de cámara (en muchas ocasiones casi imperceptibles para el espectador, de lo integrados que aparecen en el conjunto), del movimiento de los actores por el decorado, de las efectivas elipsis narrativas, o de una ausencia casi absoluta de los tiempos muertos. Los violentos años veinte es, por todo ello, un largometraje poderosamente denso y sintético, además de un relato épico y trágico. De todo ello hablo extensamente en una re/visión del film publicada recientemente en Transit: ciney otros desvíos.


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