Título Original: Violent
Saturday
Año: 1955
Nacionalidad:
EE.UU.
Duración: 90
min
Director: Richard
Fleischer
Guión: Sydney
Boehm, según una novela de William L. Heath
Actores: Victor Mature, Richard Egan, Stephen McNally,
Virginia Leith, Tommy Noonan, Lee Marvin, Margaret Hayes, J. Carroll Naish
El cineasta Richard Fleischer
Es muy posible que el realizador norteamericano Richard
Fleischer no despierte hoy en día entre los cinéfilos un interés que resulte
acorde con la incuestionable envergadura que tiene como cineasta. Una circunstancia
en la que, no me cabe la menor duda, tiene mucho que ver su aparente falta de
personalidad, que impide colocarle con comodidad la etiqueta de “autor”. Por
desgracia para Fleischer, el grueso de la cinefilia contemporánea no perdona que un realizador
cinematográfico pueda carecer en gran medida de una serie de rasgos,
estilísticos y temáticos, perfectamente identificables, lo que de forma casi
sistemática suele comportar el desprecio o ninguneo sistemáticos de su obra. Por
el contrario, en la actualidad resulta frecuente que se de pábulo a artefactos
tan vistosos y artificiales, pero al mismo tiempo tan aparentes y visualmente
poco rigurosos, como Birdman o (La
inesperada virtud de la ignorancia) (Birdman: Or (The Unexpected Virtue of
Ignorance), 2014), de Alejandro González Iñárritu, o productos comerciales
confeccionados con cierta corrección formal pero dramáticamente tan endebles como
Corazones de acero (Fury, 2014), de
David Ayer, que
se llevan parabienes con una sorprendente facilidad que por lo general no
suelen venir acompañados por el necesario ejercicio de rigor crítico.
A pesar de que las dos
películas citadas, y otras recientes e igualmente discutibles, han sido
calificadas por algunos críticos, con alarmante ligereza, de “obras maestras”,
no está de más recordar que sesenta años atrás alguien tan olvidado como
Fleischer conseguía aunar el rigor de la puesta en escena con la
experimentación narrativa (y también plástica) con una habilidad digna de
envidia y sin necesidad alguna de meterse el dedo en el ombligo continuamente.
Tal vez Fleischer carezca de un mundo
personal más o menos definido y evidente, pero pocos realizadores actuales
–incluidos algunos de prestigio más que dudoso– pueden vanagloriarse de tener
una filmografía que haga sombra a la suya. Una filmografía en la que, por
cierto, abundan las joyas: desde filmes magníficos como la propia Sábado trágico, Los vikingos (The Vikings, 1958), Impulso criminal (Compulsion, 1959) o El estrangulador de Boston (The Boston Strangler, 1968) –auténticas
obras maestras en sus respectivos géneros– hasta otros tan notables como Testigo accidental (The Narrow Margin,
1952), La muchacha del trapecio rojo
(The Girl in the Red Velvet Swing, 1955), Barrabás
(Barabbas, 1961), El estrangulador de
Rillington Place (10 Rillington Place, 1971), Fuga sin fin (The Last Run, 1971), Los nuevos centuriones (The New Centurions, 1972), Soylent Green: Cuando el destino nos alcance
(Soylent Green, 1973) o Mandingo
(1975).
Días atrás se ha publicado en la revista digital Transit: cine y otros desvíos una re/visión de Sábado trágico en la que repaso los aspectos narrativos y
visuales más atractivos de un film que, a mi modo de ver, resulta
imprescindible.
No hay comentarios:
Publicar un comentario