Desde hace exactamente una semana ya se puede acceder online al número 10 de la revista bimensual Transit: cine y otros desvíos. Un número veraniego, sin duda, pues acompañará a los lectores durante los meses más calurosos del año, y que incorpora en esta ocasión un artículo, firmado por Miguel Marías, que no solo no tiene desperdicio, sino que me parece de lectura obligatoria y que invito a leer previamente a cualquier otro artículo de la revista, pues las reflexiones expuestas en él por Marías quizás nos acompañen y complementen el resto de lecturas. El cine no ha muerto ahora, ni tampoco lo ha hecho en incontables ocasiones anteriormente, como predican ignorantemente tantos concienzudos adoradores del apocalipsis cultural, sino que en la actualidad los medios de difusión cinematográficos tienen tantas ramificaciones (cines, tv, internet, festivales grandes y festivales pequeños, etc.), que uno no debería formarse jamás una opinión que tome únicamente en consideración los estrenos "oficiales" en salas, que lo que únicamente demuestran en su mayor parte es el poco riesgo actual en la distribución de films y el temor a estrellarse en la taquilla. Con algunas excepciones (pues siempre las hay) el mejor cine actual debe rastrearse, buscarse, al margen de las salas de estrenos, pero para ello uno tiene que esforzarse, poner de su parte y tener claro sus gustos, para que, de ese modo, la búsqueda pueda resultar fructífera. Se hace mucho cine de baja calidad, es cierto, pero también buen cine que casi nunca encuentra una difusión apropiada. El lúcido artículo de Miguel Marías insta al lector a obtener, con los medios que cada uno tenga a su disposición, una percepción cultural más amplia, rica y contrastada, y eso, a mi por lo menos, no me parece precisamente poco para los tiempos que corren.
Completan el número artículos dedicados a lo último de Claire Denis, Tetsuya Nakashima, Wes Craven, Jay Roach o el cantante, ahora pasado a la dirección, Kanye West. El lector también puede efectuar un completo recorrido por festivales tanto nacionales como foráneos y sumergirse en la lectura de escritos que centran su atención en películas poco conocidas, de ahora y de antes.
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