Título Original: Los motivos de Berta: Fantasía de Pubertad
Año: 1983
Nacionalidad: España
Duración: 115 min
Director: José Luis Guerín
Guión: José Luis Guerín
Actores: Sílvia Gracia, Arielle Dombasle, Iñaki Aierra, Rafael Díaz, Juan Diego Botto, Raúl Fraire
Sinopsis: Berta, una niña que está a punto de dejar atrás la pubertad para entrar en la adolescencia, vive en un pequeño pueblo español junto a algunos de sus familiares. Un día, llega hasta el lugar un extraño hombre llamado Demetrio, el cual parece padecer algún tipo de trastorno mental: en un encuentro con Berta, el hombre cuenta a la pequeña que su mujer ha fallecido en un accidente de tránsito, pero él espera reencontrarse con ella más tarde o más temprano. Berta, acostumbrada a observar con actitud contemplativa el discurrir de la naturaleza que rodea al pueblo, atisba en la actitud del hombre un misterio, el de los sentimientos humanos, todavía mayor que el que oculta aquella.
Con motivo del reciente estreno en salas de cine de Guest, el último film dirigido por el singular cineasta español José Luis Guerín, me ha parecido interesante rescatar, para la sección Re/visiones de la revista online Transit: cine y otros desvíos, la existencia del (hoy bastante olvidado) debut en el largometraje del realizador: Los motivos de Berta: Fantasía de Pubertad (1983). Un film que coincide, con la mayor parte de los que Guerín ha rodado posteriormente, en su decidida vocación de retratar al ser humano y su comportamiento en contextos sociales muy concretos: Guerín cree que cada ser humano oculta en su interior la existencia de un personaje cinematográfico, y, con sus películas, el cineasta parece contribuir, cual médico en un parto, a ese alumbramiento. Realidad y Ficción terminan por confundirse en el cine, como declara en un momento de Guest la cineasta francesa (de origen belga) Chantal Akerman, y Guerín ha puesto de relieve este acontecimiento en películas como las anteriormente mencionadas, o otras como Innisfree (1990), Tren de sombras (1997), En construcción (2001) o En la ciudad de Sylvia (2007). Una obra que, en conjunto y pese a sus defectos (que también los tiene), merece ser destacada de entre la producción cinematográfica española, y que además ha creado una numerosa escuela de cineastas nacionales que parecen seguir los pasos de Guerín: ahí están los casos, más o menos obvios, de Isaki Lacuesta, Javier Rebollo, Marc Recha, Albert Serra, Luis Miñarro, Daniel V. Villamediana o Mercedes Álvarez.
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