viernes, 2 de noviembre de 2012

COSMOPOLIS (2012, DAVID CRONENBERG)


Título Original: Cosmopolis
Año: 2012
Nacionalidad: Canadá/Francia/Portugal/Italia
Duración: 109 min
Director: David Cronenberg
Guión: David Cronenberg, según la novela Cosmópolis, de Don DeLillo
Actores: Robert Pattinson, Sarah Gadon, Paul Giamatti, Kevin Durand, Abdul Ayoola, Juliette Binoche



Sinopsis: Eric Packer, asesor de inversiones y multimillonario a sus 28 años, será testigo, desde el interior de una limusina y a lo largo de una conflictiva jornada en la ciudad de Nueva York, de una serie de convulsos acontecimientos que parecen anunciar importantes y trascendentes cambios para una sociedad capitalista que con sus reglas condiciona fríamente las existencias de los individuos y de la que él mismo es una figura representativa, quizá condenada a una inesperada pero necesaria extinción.



Cronenberg y Pattinson en un momento del rodaje de Cosmopolis


Hay que reconocer que el descalabro sufrido en la taquilla española por el más reciente film de Cronenberg era más que predecible: al ya de por sí antipático material literario que le sirve de base, la prestigiosa e interesante novela homónima de Don DeLillo, hay que sumar el casi nulo reclamo que supone para los espectadores adultos de nuestro país la figura de su cabeza de cartel, el famoso y mediocre actor inglés Robert Pattinson, siempre que este no encabeza el cartel, claro está, de la enésima entrega cinematográfica de la saga Crepúsculo: la cifras del box office nacional así lo indican, pues ni Cosmopolis ni Bel Ami, historia de un seductor (2012) han logrado, a pocas semanas vista de sus respectivos estrenos, más que pasar de puntillas por las salas.

En todo caso, la presencia de Pattinson en el film se revela coherente respecto a cierto tipo de rostro cronenbergiano, previamente asentado por los peculiares rasgos físicos de intérpretes como James Woods, Oliver Reed, Christopher Walken, Elias Koteas o Peter Weller, y la pobre respuesta de los espectadores en taquilla no debe impedir reconocer que Cosmopolis atesora un notable interés como obra, pese a sus obvias imperfecciones y aristas, y logra erigirse en un lúcido y complejo estudio de las reglas económicas, sociales y políticas que rigen el mundo occidental contemporáneo, quizá tan solo superado en los últimos años por los resultados de la excelente La cuestión humana (La question humaine, 2007), de Nikolas Klotz.

Aunque todavía es demasiado pronto para evaluar la importancia que pueda tener Cosmopolis en el conjunto de la filmografía del canadiense, se acaba de publicar en la revista online Transit: cine y otros desvíos, un artículo mío acerca de este personal film, en mi opinión igual de respetuoso con el original literario y con los estilemas temáticos y visuales más representativos del propio realizador.