sábado, 29 de octubre de 2011

TWIXT (2011, FRANCIS FORD COPPOLA)

Título Original: Twixt
Año: 2011
Nacionalidad: EE.UU.
Duración: 90 min
Director: Francis Ford Coppola
Guión: Francis Ford Coppola
Actores: Val Kilmer, Bruce Dern, Ben Chaplin, Elle Fanning, Joanne Whalley, David Paymer, Alden Ehrenreich

Sinopsis: Hall Baltimore, un escritor de tercera categoría especializado en "libros de brujas", el cual atraviesa una crisis personal causada por el trágico fallecimiento de su hija y la consiguiente separación de su mujer que esta ha provocado, llega a un pequeño pueblo para presentar su libro de terror más reciente. Baltimore, aunque ignorado mayormente por la clientela de la tienda en la que firma ejemplares de su obra, conoce en esta a Bobby LaGrange, sheriff del lugar que ofrece al escritor la posibilidad de escribir conjuntamente una intensa historia de suspense que refleje un suceso criminal real que ha dejado como víctima a una joven chica no identificada, de cuyo cadáver en la morgue pende una etiqueta con el nombre "Jane Doe". Baltimore aceptará la propuesta de LaGrange, motivado por la posibilidad de organizar pronto la estructura de una nueva novela cuyos derechos puedan ser inmediatamente adquiridos por su editor, recibiendo a cambio un suculento adelanto por su trabajo que le permitiría satisfacer las exigencias económicas de su ex-mujer. Lo que el escritor desconoce es que el proceso de escritura de la historia, y especialmente lo concerniente a la conclusión de ésta, estarán más relacionados de lo que aparentan con su propia vida.


Francis Ford Coppola y Elle Fanning en un momento del rodaje de Twixt


El tenebroso camino que debe recorrer Hall Baltimore es alumbrado por un Poe de ultratumba



El período más incierto y discutible de la filmografía de Coppola, a mi modo de ver, es aquel que empieza con su Drácula, de Bram Stoker (Drácula, 1992) y concluye con su colaboración no acreditada en la desastrosa pos-producción del film de ciencia-ficción Supernova: El fin del universo (Supernova, 2000). Entre ambas quedan la que tal vez pueda considerarse la peor obra del realizador, Jack (1996), y la mejor película surgida a la sombra de los best-seller literarios de John Grisham, Legítima defensa (The Rainmaker, 1997) - no entro a valorar la calidad que pueda tener esta como adaptación, ya que desconozco por completo la obra del escritor -. En cambio, los últimos films de Coppola, probablemente irregulares en su conjunto, pero rabiosamente personales y libres; mucho más modestos económicamente que cualquiera de los otros arriba mencionados, pero mucho más fructíferos artísticamente que aquellos, o bien no se estrenan comercialmente en nuestro país, o bien generan una profunda indiferencia o incomprensión. Los supuestos "seguidores" del cineasta quieren ver más Corleone, porque siempre luce bien en pantalla una historia protagonizada por mafiosos y salpicada por grandes dosis de violencia, pero en cambio son incapaces de ver que la línea que lleva de Joseph Conrad y James George Frazer (cuyas obras dan origen a Apocalypse Now) a Mircea Elíade (su novela Tiempo de un centenario es adaptada en Youth Without Youth) demuestra la coherencia y fijaciones artísticas, a lo largo de toda una errática carrera, del realizador italoamericano, y que de La ley de la calle (Rumble Fish, 1983) a Tetro (2009) no hay tanta distancia como pueda parecer. A Youth Without Youth (2007) y Tetro se les une ahora un film fantástico, Twix, que continúa con la experimentación visual y narrativa de la que hacían gala aquellas, y que prolonga también en sus imágenes el espíritu excéntrico del cineasta (y cuyo punto álgido y más chirriante, quizás, resida en las descontroladas apariciones en Tetro de algunos actores argentinos y, por encima de ellas, en el personaje interpretado en esta por Carmen Maura). Twixt tiene una clara ventaja respecto a las obras anteriores de Coppola: su duración de tan solo 90 minutos, que impide la excesiva dispersión del relato que tenía lugar en aquellas. No es esta la única virtud de la nueva cinta del realizador, a la que he dedicado un texto en KlownsAsesinos.com, y que puede leerse en el siguiente enlace: 


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